09 abril 2008

De vuelta en el eje del mal...

Ya hace algún tiempo que volví...


Y no ha sido tan duro.

El viaje comenzó en Dubai, sofocante, sin taxis y con mucho tiempo libre. Minimal y yo viendo la ciudad, comiendo sushi y haciendo el perro... grandes días en la pisci de los becarios. Gracias chicos sois mis vecinos favoritos!!!

Después de sudar la gota gorda en Jumeirah y quemarnos de camino a casa el domingo me monté en un avión lleno de Indios de camino a Delhi. Flipante la actuación de mi vecino de asiento que a mitad de vuelo se despierta, saca el movil, lo enciende e intenta llamar. Cuando por fin cae en que está a tres mil millones de metros de altura y que vamos a toda hostia y es realmente jodido encontrar cobertura decide poner musiquilla con el movil... tooooodo el repertorio de Bhangra Knights... como en una disco de Mumbay. Hala! menos mal que en Indian Airlines son generosos y cada birra es de medio litro... a los veinte minutos me quedé grogui.

La llegada a Delhi fue el super contraste, el aeropuerto internacional parece un aerodromo. Fue muy facil salir, muy facil cambiar pasta y muy facil encontrar la casa de los becarios. Gracias Gonzalo! Gracias Alex!! fuisteis la leche!!! La casa de los becarios en Delhi es genial, un primer piso con una terraza enorme y super agradable. Una habitación entera para mi solito, internet, skype, rickshaws y medio Delhi en un solo día... fiesta nocturna, desplazamientos en moto y algun que otro susto...

Además de mi pequeña incursión a Agra (ver real india) tengo que destacar el Nizamudim que fue la leche!!! menuda experiencia... Gracias Maria por enseñarnos aquello... El último día, el mismo que cogía el avión era el Holi... una bacanal de drogas y pintura que toma las calles de Delhi... en la zona de Hauz Khas fue una batalla campal pero creo que mucho menor a la que vivieron Ali y Dario en el campus de la uni...

Aquella noche con tres horas de adelanto me planté en el aeropuerto esperando a emplearlas en pasar las doscientas colas e ineficientes registros de los que me habían hablado los becarios y Maria, pero no tuve oportunidad. Hice la cola para entrar al aeropuerto y a partir de ahi todo fue coser y cantar, me salté la cola del scaneo de maletas, me planté en el mostrador en el que no había cola porque era muy pronto y en seguida me dieron el billete. Me presenté en la zona diplomática con mi pasaporte y me dejaron pasar entre un monton de soldados y diez minutos despues de haber entrado en el aeropuerto estaba en la puerta de embarque. Tenía casi las tres horas integras y que se puede hacer en esos casos? .......... beber!!

Compré cuatro birras indias de medio litro de 9º cada una y me zampé tres... casi pierdo el vuelo de lo pelota que iba.

India es increible. Para lo bueno y para lo malo. Lleno de maravillas, de colores, de gente! Lleno de restos de una civilización que en su día debió ser la leche... pero también está lleno de mierda, de hambre, de miseria, de niños de cuatro años tirados en el suelo, de ratas, de bebés solo cuidados por niños de siete u ocho años, lleno de mugre, de basura, de muerte...

India es un gran contraste en el que lo bueno es increible y lo malo es lo peor.

Guardaré especial recuerdo para bien de mi primer contacto con la India cultural, el Kutub Minar con Gonzalo, y del Nizamudin con Dario, Ali y María...

Al mismo tiempo guardaré especial recuerdo para mal de una escena que viví en Conought Place, en el centro de New Delhi. Una mujer en el suelo vendía chucherías. A su lado a poco mas de un metro su hijo, de apenas dos años, mugriento y desnutrido intentaba llegar a ella entre lloros. Al acercarme mas vi que lo que le impedía llegar a su madre era la cuerda con la que su propia madre había atado al bebé a una columna. Mientras, ella, ajena al sufrimiento de su hijo se afanaba en atender a un cliente. Gracias al cielo, aquel cliente le increpó por aquella escena. Nunca supe si desató a su hijo o no... aquel día se volvió totalmente gris para mi.























No hay comentarios: