02 noviembre 2007

Persépolis


¿Que me diríais si a apenas un par de semanas de que me manden a mi destino todo se tambaleara? Si los puntos de vista de unos y otros dejan paso al punto de vista de una mujer que ha sabido explicar la vida en Teherán de los últimos treinta años...
Ayer vi el estreno de Persépolis y salí del cine realmente tocado. Mientras conducía de vuelta a casa no paraba de imaginarme en las mismas situaciones en las que se encuentra ella y como actuaría yo ante la falta de libertad y la dura represión que existe hoy en día en Irán.
Limitaciones a mi propia cultura, a mi forma de ser, de actuar y hasta vanalidades como mi forma de vestir o la música que pueda o no escuchar me van a ser impuestas desde el momento en que ponga un pie en Irán. Me hace pensar que mi vida se va a suspender por un año para vivir la vida de otra persona mientras esté allí. Que solo viviré la mía cuando salga del país, porque aun de puertas para dentro sabré que no puedo tomarme una caña, escuchar rock, ver un concierto o irme de cañas... Y mi situación es privilegiada.
En la película, la protagonista se encuentra con toda la mierda que destila ese país durante 30 años. Primero se comen la mierda del Sha, luego de la revolución y despues se comen la mierda mas grande, la del fundamentalismo islámico. Vive en un país en el que su mera forma de pensar pone en peligro su vida. Y por eso lo abandona.
La verdad es que cuando ayer salí del cine mil ideas se daban leches en mi cabeza buscando un hueco... ahora con una noche de por medio las cosas vuelven a estar calmadas. Sin embargo, no dejo de pensar en como actuaré cuando vea a un policia zurrar a una mujer porque se le ve el flequillo, cuando me llamen la atención porque escucho rock o cuando me desprecien porque lleve corbata...
Me voy a un país de locos... ¿Estaré yo lo suficiente?

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